Caracoles con tomate, chorizo riojano e ibéricos
Los caracoles, consumidos desde la prehistoria, han constituido a lo largo de los tiempos una accesible fuente de alimentación en momentos de hambre o escasez.
Fueron muy apreciados por griegos y romanos. En el recetario escrito en latín "De re coquinaria", atribuido al gastrónomo romano del siglo I Marco Gavio Apicio, aparecen varias recetas para su preparación, incluyendo el garum como condimento.
Estos gasterópodos, considerados como afrodisíacos por algunos, son repudiados por unos y amados por otros, a partes iguales.
Forman parte de la cultura culinaria mediterránea, y se consumen en España, Portugal, Francia, Italia y Grecia. Existen diferentes maneras de cocinarlos. Con tomate, a la brasa, con alioli o como acompañamiento de guisos y arroces.
Recuerdo de pequeño, cuando Zaragoza no estaba tan urbanizada, acompañar a mi padre a coger caracoles después de alguna tormenta de verano. Con mi tío Luis, que conocía alguna zona bastante prolífica en localidades próximas, también participé en mas de una "cacería" de babosos. Luego era mi abuelo quien organizaba la merendola en su taller para dar cuenta, junto con toda la familia, de tan apreciados moluscos.
Mi suegra, a la que le encantaban, los preparaba muy ricos con salsita picante.
Particularmente memorables son los que prepara el primo Francisco, en La Rioja, acompañados de pata y oreja. ¡Ahí es nada!
Hoy os dejo mi receta que espero que os guste.
Ingredientes:
600 gr de caracoles purgados
1 ramita de romero
½ cebolla grande
1 pimiento rojo
100 gr de chorizo riojano picado menudo
50 gr de tocino ibérico troceado a finas tiras
50 gr de panceta ibérica a finas tiras
2 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón agridulce
1 guindilla seca
240 gr de tomate entero pelado (1 lata escurrido)
1 vaso de vino blanco
Aove
Sal
Preparación:
Previamente se ha de purgar los caracoles durante una semana teniéndolos en ayunas antes de cocinarlos.
Dejar una hora los caracoles en agua fría con sal para que suelten la baba. Lavar, dándoles varias aguas y aclarar bien bajo el chorro de agua fría.
Poner los caracoles en una olla con agua fría, sal y una ramita de tomillo. A fuego lento, cuando hayan asomado las cabezas subir el fuego y dejar cocer 25 minutos, espumando de vez en cuando.
Una vez cocidos, escurrirlos y ponerlos en una cazuela.
Calentar una sartén con un chorrito de aceite, echar el ajo troceado, el tocino, la panceta y el chorizo, todo ello bien picado, dorar pero que no se haga demasiado. Retirar y añadir a la cazuela, dejando la grasa en la sartén.
En esta sartén sofreír la cebolla y el pimiento finamente picados hasta que ambos estén blandos y la cebolla trasparente.
Poner la guindilla cortada en aros, el pimentón y mezclar.
Agregar el tomate aplastándolo con el tenedor, una pizca de sal y cocinar a fuego suave un par de minutos.
Incorporar el sofrito a la cazuela, mezclar, subir ligeramente el fuego, echar el vaso de vino y dejar evaporar un minuto.
Tapar la cazuela y cocinar a fuego suave otros 25 minutos.
Servir calientes con un buen pan de pueblo y una botellita de Rioja.
A mi me encantan los caracoles...y este platino tuyo, con esa salita tan rica, me parece extraordinario, besos
ResponderEliminarMuchas gracias Olga.
EliminarFeliz Año Nuevo
What a great combination of flavours! Haven't had snail in ages..this looks really tasty, Pedro.
ResponderEliminarThsnks Angie.
EliminarHappy New Year!
Reconozco que no puedo con los caracoles, pero seguro que a los amantes de este "bichito! les van a encantar!!Saludos.
ResponderEliminarGracias Julia.
Eliminar¡Feliz cambio de año!
Sempre tanto gusto ed originalità nella tua cucina, Pedro! Ancora auguri!
ResponderEliminarUn caro saluto,
MG
Grazie Maria. Buon anno anche a te!
EliminarBaci!
Hola Pedro!!
ResponderEliminarDe pequeña los he comido mucho pero ahora no puedo con ellos.
Recuerdo cuando mi padre venía con un saco lleno y mi madre los tenía durante días en una olla antes de cocinarlos. Realmente solo lo hacía en un caldo llenos de especias.
Te deseo un Feliz Año Nuevo!!
Espero que sea mejor que el que dejamos ;)
Un abrazo ♥
Muchas gracias Pepi.
EliminarIgualmente, mucha felicidad en este año venidero.
Besos
Saranno deliziose! Tantissimi auguri di buon 2022!
ResponderEliminarGrazie tante. Buon Anno Nuovo anche a te!
EliminarMio marito apprezzerebbe molto questo piatto... Auguri di buon anno caro Pedro!
ResponderEliminarGrazie Simona. Gli stessi auguri a te e a i tuoi!!
Eliminar¡Qué recuerdos me has traído con esta entrada de hoy!. Yo pasaba mis largos veranos en un pueblo de Aragón, Nonaspe, ¿lo conoces?, allí en esos meses no llovía ni por casualidad, pero a mediados de septiembre empezaban aquellas tormentas en que al primer trueno, ¡que trueno, tronazo!, nos quedábamos sin luz, las calles bajaban como ríos, oías llenarse las cisternas y de los tejados por canales bajaban directamente cataratas de agua. Todos esperábamos esas tormentas con ilusión para al día siguiente ir a buscar caracoles. Normalmente íbamos de día a buscarlos, regresábamos a casa triunfantes con nuestro botín, un kilo de barro en cada zapato y agotados de tanto agacharnos. Otras veces íbamos de noche y los buscábamos a la luz del carburo, éramos pequeños y eso si que ere una aventura. Y paro ya de recuerdos, me ha encantado tu receta y me la quedo pues no los preparo nunca y tengo un hijo al que le encantan. Un abrazo y Feliz Año
ResponderEliminarHola Pilar. Espero que lo que he despertado con mi entrada sean bonitos recuerdos de la niñez.
EliminarNo conozco Nonaspe, pero alguna vez he estado en el cercano pantano de Caspe pescando con mi abuelo y mi tío, bueno, eran ellos los que pescaban, mi primo y yo jugando por allí, incapaces de guardar el silencio que requiere la pesca.
Muchas gracias por el comentario, me alegro que te interese la receta y espero que os gusten si los preparas.
Igualmente, ¡Feliz Año Nuevo!